Gobernanza energética y gobernanza ambiental: dilemas del desarrollo en la integración suramericana
Resumen
El modelo de desarrollo planteado para las economías del mundo está fundamentado en una visión que incluye el crecimiento económico. Esta idea se soporta en el uso de los recursos naturales para proveer las materias primas requeridas para el sistema.
Sin embargo, a partir de la preocupación por las consecuencias en el ambiente -por prácticas extractivas inadecuadas, poco o no controladas- las acciones gubernamentales han tenido que regular las actividades económicas. No obstante, las políticas públicas relacionadas a lo ambiental no han sido tan contundentes, al punto que cuando una política ambiental se enfrenta a una energética, esta última prevalece sobre la otra.
La visión de desarrollo ha evolucionado de la mano de muchos autores que sugieren un cambio de fondo en la concepción del mismo. A pesar de ello, el sistema económico predominante se sigue sosteniendo sobre la idea clásica de la extracción de recursos naturales.
Colombia es una muestra de ello. Su marco normativo ambiental es amplio y contiene importantes instrumentos de regulación ambiental, posee una política nacional de biodiversidad, así como un sistema de áreas protegidas, tiene incentivos para la responsabilidad ambiental empresarial y promueve el desarrollo sostenible y la eficiencia energética en las empresas. A pesar de ello, el modelo económico del país sigue fundamentando su sistema productivo en la exportación de materia prima, productos agrícolas y la extracción de hidrocarburos, piedras preciosas y minerales.
Cabe aclarar que en las legislaciones latinoamericanas se establecen mecanismos para que las actividades, por ejemplo las extractivas, cumplan con requerimientos de protección ambiental, sin embargo estos no se cumplen a cabalidad. ¿Qué le falta a las políticas ambientales para garantizar una gobernanza ambiental que se articule con la gobernanza energética? a partir de esta respuesta pueden surgir los elementos que se requieren para identificar y configurar el tipo de desarrollo que queremos como sociedad en el proceso de integración como UNASUR.
Por lo anterior, este análisis se realiza, utilizando la cartografía simbólica de Boaventura De Soussa Santos, en tres mapas que posteriomente se superpondran. El primero corresponde a establecer las diferencias ente lo ambiental y lo energético de manera cronológica para la comprensión de su incompatibilidad. En el siguiente se estudia a la gobernanza como un modo que, por la forma de su constitución, puede que facilite la articulación entre lo ambiental y lo energético, pues incluye a varios actores en la toma de decisiones. La interacción entre los diferentes actores requiere una aclaración entre lo que implica la sostenibilidad y el desarrollo sostenible, tema tratado en el tercer momento.
El resultado de la superposición es la necesidad de reconstruir el concepto de desarrollo sostenible, pues las diferencias entre los enfoques y la amplitud del mismo hace que entre lo ambiental y lo energético se profundice la incompatibilidad, en lugar de minimizarla.